Ascensor
Se
abre el ascensor en el piso 1. Entro en él. Las puertas empiezan a cerrarse
cuando sube el Sr. Palmer, Gerente de área donde yo trabajo…
-
“Buenos días
Sr. Arancibia” me dijo.
“¿Buenos días?” ¿Qué tienen de
buenos? – Pensé – porque para mí este no es un día bueno, ni tiene por donde
serlo… un cerro de trabajo, informes inconclusos, clientes que reclaman, todo
un caos… un infierno de trabajo. Con colegas ineptos que creen saberlo todo,
hipócritas que se cantan “cumpleaños feliz” pensando quizás en que cosas…
porque todos piensan atrocidades de los demás… eso es seguro…
Piso 3…4…
¿Se estaría burlando de mí? Obvio
que sí. La gente como él es optimista porque lo tiene todo: estatus, buen
sueldo, buena casa, buen auto, buena esposa, hijos lindos, en buen colegio, de
esos con nombre en inglés… se burla de mi porque sabe que no se puede tener un
“buen día” cuando te levantas a las 5:20 am para alcanzar a dejar todo listo
antes de subirte al autobús. Se burla porque no conoce el trabajo que
realizamos los que estamos abajo, ni él, si los otros jefes... todos se
aprovechan de nosotros… Se burla porque sabe, obvio que sabe, que me mato
trabajando para pagar los miles de créditos y préstamos… mientras la gente como
él tiene una vida fácil… maldito hijo de papi.
Piso 5…6…
¡Como lo odio! Siempre lo odié, desde
que entré a la empresa y lo ví por primera vez... Odio su cara sonriente, su forma
de querer agradarles a todos. Odio su manera de liderar, tan comprensivo, tan
involucrado con la gente. De seguro que trama algo. Nadie puede ser tan bueno.
Odio también que se ponga del lado de los trabajadores cuando hay algún
problema… ahh y cuando la gente le agradece, me dan ganas de vomitar… Detesto
la manera en que llega en su auto y se estaciona lejos de la entrada, “para
dejarle espacio a los que llegar tarde” dice… Odio que haya promovido esas
buenas prácticas para favorecer a las mujeres y que haya instalado eso de tener
“las puertas abiertas” en caso de querer ir a conversar con él ¿Quién querría
eso? Eso solo lo hace un loco egocéntrico y megalómano…
Piso 7…8…
Conozco sus rutinas. Desde los
tiempos que toma para descansar hasta las rutas que usa para ir a su casa. Se
lo que come, donde come… donde vacaciona… y el colegio donde van sus hijos, sus
lindos hijos… los horarios de entrada y salida… por ejemplo, ayer la Agustinita
no fue al colegio, sólo ví llegar a José Alberto y a Martín Andrés, tan
adorables... Sé también que la reja de su casa se abre levantándola un poco aun
si tiene llave y que el piso suena si uno va con zapatillas… también que a
“Rambo” el perro le gusta que le acaricien la barriga, por eso no ladra… sé
también que su esposa es fanática de los zapatos, creo haber contado unos 47
pares, no me acuerdo muy bien, andaba apurado…
Piso 9…10…
Creo que ha llegado el momento en
el que nos libremos de la gente como el Sr. Palmer… y de los futuros señores y
señoras Palmer, malditos opresores… Sí, hay que erradicarlos a todos. Hay que
hacerlo, y hoy será el día. Está todo planificado… así será: medio día
administrativo, primero al señor Palmer, lentamente, en su horario de colación,
luego a su esposa, a los lindos pequeños Palmer también, cuando lleguen del
colegio… y a Rambo también, aunque no sé, quizás lo adopte…
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“Buenos días también
para usted Sr. Palmer” le respondí...
Todos los derechos reservados. 2019 Kurt Goldman
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