El camino de la luz
Se prendió la luz. Esa es la señal para el trabajo.
Mi pega es súper simple, me la enseñó don Javier, que era
el Encargado del Área de Mantención y Limpieza hasta que se jubiló. La verdad
que de “mantención” casi no se hacía nada, ya que el edificio y su
"tecnología top" tenia todo controlado manera automática... bueno,
casi todo, el resto lo hago yo.
Lo primero es juntar en el carro las bolsas, la pala y la
escoba. Miro el carro verificando su contenido y si, esta todo... También van
los químicos para la limpieza, algunos paños y los letreros amarillos para
delimitar el área.
Mientras camino al lobby repaso los pasos de la limpieza:
primero poner los letreros de no pasar. Luego, juntar los restos con la escoba,
usar la pala, dejar en la bolsa, meter en el carro, tirar la bolsa por el shaft
y volver a la sala de mantención hasta el siguiente llamado…
Casi siempre la limpieza se realiza en el lobby, porque
es un espacio abierto, debido a que el edificio es un gran cilindro que ilumina
esta zona por el gran tragaluz en el techo. A veces me toca limpiar en las
escaleras, pero es raro. en las oficinas ya casi nunca. creo que a don Javier
le toco limpiar en las oficinas, pero ya no.
El edificio donde trabajo reúne probablemente a la gente
más capaz del área de las finanzas. Acá parece que se compran y venden
acciones... digo “parece” porque no me importa mucho lo que ocurre aquí. veo
pasar a los ejecutivos hablando por teléfono, con cara de preocupación todos
los días. si me preguntan, no me complicaría andar con la cara de estrés todos
los días si me pagaran lo que les pagan a estas personas, aun cuando la presión
parece alta, es un precio que se puede soportar.
Llego al lobby, y efectivamente era un desastre. Miro el
entorno y a nadie le importa.... Pongo los cartelitos amarillos. Suspiro.
Guantes y Mascarilla. Manos a la obra.
Yo no gano mal, es buena la paga para lo que se hace. Y
quien lo diría, tanta tecnología para la limpieza, pero siempre nos
necesitarán, ya sea a mi o a otro don Javier... especialistas en la limpieza
especial…
Saco la escoba y la pala. Comienzo a reunir las partes al
centro del lobby, iluminado por el tragaluz. De a poco, presuroso porque el
tránsito de personas es mucho y hay que despejar rápidamente.
¿Comenté que me considero un especialista en la limpieza
especial? don Javier me entrenó de manera excepcional. Y si bien teníamos menos
trabajo, aprovechaba cada oportunidad para ejecutar la limpieza especial con
dedicación. Don Javier aprendió de tanta limpieza que tuvo que realizar en la
crisis del 82. Ese año fue como un Magister para él… Al menos así lo decía
riéndose. Las limpiezas eran frecuentes, 2 o 3 al día en la semana más
difícil. Hoy es uno día por medio, pero a principios de año cuando se desplomó
la bolsa tenía que limpiar al menos una vez al día...
Las bolsas negras que contienen los residuos ya estaban
llenas y cerradas. Las subo al carro y saco los químicos para la limpieza. Acá en
el edificio gente quiere que todo reluzca, que se vea brillante y luminoso, y
si bien hay una especie de robot que limpia constantemente el piso, nadie hace
el trabajo que yo hago...
El edificio siempre esta lleno. todos con traje, ellas
con traje. todos ejecutivos con cara preocupada. todos exitosos, estresados.
Las empresas que coexistan en el edificio tienen relación con el dinero. con
acciones y comprar vender. Eso lo sé no porque me hayan hecho una inducción o
mucho menos, sino porque lo escucho cuando pasan a mi lado gritando al teléfono
"compra", "vende"… algo así como en las películas. Y me
imagino que en cada piso debe ser una locura.
Recojo los últimos paños y seco el piso con uno de los
letreros de no pasar, echándole aire moviéndolo de un lado a otro... debe ser
una técnica milenaria del personal de aseo…
Con todo arriba del carro, comienzo a empujar el carro
con algo de dificultad, ya que esta vez pesaría como unos 120 kilos... repartidos
en unas 9 o 10 bolsas negras que brillaban por el sol que bajaba por el
tragaluz y los 54 pisos de oficinas hasta llegar al lobby.
Claramente no soy inteligente, pero tonto no soy… Solito descubrí
que hay una relación entre las épocas de crisis o vacas flacas con el aumento
de las limpiezas que debo realizar. Eso lo descubrí porque las noticias de la
radio y televisión mencionaban esas palabras cuando la luz de la sala de
mantención se prendió con más frecuencia. Y también cuando dejó de prenderse por
un tiempo luego de que se prometieran "tiempos mejores"…
También descubrí, sin ser psicólogo, que la gente no
soporta perder, no soporta el estrés. Y que cuando la presión es demasiada, a
veces no queda alternativa. Juegas con las esperanzas de muchas personas y con
su dinero. Mucho dinero. Perder no es la opción y cuando eso ocurre, la gente
sólo ve una salida. Sólo existe una vía de escape a lo agresivo que significa
haberlo perdido todo. Le dicen la "vía de la luz", o el "camino
de la luz"... Lo voy a explicar como don Javier me lo enseñó: irse por el
camino de la luz es dejarse llevar por la luz que entra desde el techo y que
llega a la estación "lobby" como si fuera una cascada de luz, donde
te dejas llevar por la luz... es decir, dejarse caer desde... no sé... 15, 34 o
50 pisos... directo al suelo... y claro, cuando eso ocurre, aparecemos nosotros
para limpiar "la escena", o sea hacer esa “limpieza especial”...
Luego de tres pasillos y dos mamparas, llego a la sala de
incineración donde deposito las bolsas. Una a la vez a un ritmo de 7 minutos
cada una. Ahí termina el ciclo de la limpieza, hasta cuando vuelve a prenderse
la luz de la sala de mantención.
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